¿Paraguay: Estado-nación o corporación administrada?

¿PARAGUAY: ESTADO-NACIÓN O CORPORACIÓN ADMINISTRADA?

Desde sus orígenes, el Estado paraguayo ha sido más una plataforma que una patria. Su institucionalidad ha servido —y sigue sirviendo— como infraestructura de una minoría económica que opera el país como una empresa privada con fachada de república. A diferencia de otras naciones latinoamericanas donde el conflicto entre Estado y mercado es palpable, en Paraguay la clase dominante nunca necesitó elegir: ella es ambos.


P U B L I C A D O   06 MAY 2025, 14:01 GMT-3


La sagrada bandera paraguaya está rota... no por el viento, sino por las manos de quienes juraron defenderla y la vendieron al mejor postor.


A simple vista, parecería que Paraguay funciona. Tiene un gobierno electo, tribunales, fuerzas armadas, Congreso y elecciones. Pero detrás del decorado institucional, los mecanismos de poder son profundamente corporativos. Empresas de tabaco, medios, supermercados, bancos, inmobiliarias y agroexportadoras no solo influencian decisiones: las toman directamente. El Parlamento no legisla, administra intereses. La Corte no juzga, negocia impunidad. El Ejecutivo no lidera, ejecuta lo que la cúpula necesita.


¿Qué significa esto en términos maquiavélicos?


Paraguay no tiene un príncipe en el sentido clásico: tiene un sindicato de príncipes, donde cada uno controla un brazo del Leviatán estatal. Horacio Cartes con la ANR, José Ortiz con el tabaco, Vierci con la prensa, los grupos agroexportadores con el territorio, y las mafias con la frontera. No hay un poder central absoluto, sino una oligarquía funcional con pactos temporales de no agresión entre ellos.


El resultado es un Estado incapaz de representar al pueblo porque nunca fue diseñado para eso. Su objetivo es la estabilidad de la clase que lo controla, no el bienestar general. En este contexto, las palabras como «soberanía», «democracia», «justicia» o «desarrollo» son solo retóricas útiles, herramientas discursivas para contener al pueblo mientras se negocia el país entre bastidores.


¿Qué hacer ante este escenario?


La respuesta no es moral, sino estratégica. El primer paso es exponer el sistema tal cual es, sin adornos ni eufemismos. El segundo es construir estructuras paralelas de pensamiento, organización y acción que no dependan de la validación institucional. Solo entonces se podrá disputar el poder real.

Comentarios

  1. Ojalá y pronto podamos descansar de este señor Cartes que tanto ha perjudicado a nuestra nación..

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  2. De verdad que es así... Lastimosamente

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